Miércoles 28 de septiembre de 2022.
En mis tiempos, no existía la etapa de infantil. Con cinco años de edad, empecé en primero de Primaria en el Liceo de Niñas, en la calle Portugal. Aún está el edificio, que, ahora, es propiedad de la Facultad de Arquitectura.
El primer día de clases, me fue a dejar mi madre.
Yo iba muy orgullosa con mi uniforme de chaqueta y falda azul, con blusa blanca
y con una gran curiosidad de cómo sería aquello. Eso sí: estaba un tanto
nerviosa porque era muy tímida. Al estar entre tantas niñas desconocidas, no
sabía cómo iba a resultar ese encuentro. En la clase, éramos muchas niñas. La
lista constaba de cincuenta y dos alumnas.
Pasado un tiempo, me hice muy amiga de algunas de
mis compañeras de curso. Me invitaban a sus fiestas de cumpleaños y empecé a
ser más sociable y menos tímida.
Recuerdo con especial cariño a mi primera
profesora, Lucía Valenzuela, que me inició en la senda del conocimiento. Cuando
empecé en el colegio, ya iba un poco adelantada en lectura y escritura porque
mis padres me enseñaban en casa. También, recuerdo, con mucho cariño, a mi
abuelito Luis, que, al irme a buscar a la salida de clases, siempre me
preguntaba cómo me había ido, si había sacado buena nota en el dictado diario,
-generalmente era un siete,- lo que era premiado con un vaso de leche y un
plátano.
En este colegio, cursé hasta tercero de primaria ya
que, después, mis padres abandonaron la casa de mis abuelitos, para vivir en su
propia casa que estaba en otra parte de la ciudad.
Años después, todavía sigo recordando con cariño
aquel esperado primer día de escuela.
Entra en
tu interior
¿Qué significa para ti el comienzo de curso? ¿Lo esperas con
ilusión?
¿Te acuerdas de cuando empezaste en Educación Infantil?
¿Recuerdas lo que sentías entonces?
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