22 de marzo de 2023
Miércoles 22 de
marzo.
Y aquel sembrador salía todos los días
a ver crecer el campo, y veía satisfecho cómo cada planta echaba sus tallos y
sus hojas.
Sin embargo, entre todas aquellas plantas
notaba la falta de una semilla que él había plantado, pero todavía no había
salido a la luz. Todos los días esperaba verla aparecer con ansia. Observando,
vio cómo dentro de la tierra se oía el rumor de la semilla que decía:
- “Sé que es hora de
crecer, de salir de esta tierra que me rodea por todas partes, de dejar mis
fuertes raíces aquí y salir a buscar otra vida. Pero ¿qué me pasará si salgo y
no llueve suficientemente? ¡me moriré de sed! ¿Y si hace mucho frío? ¡Me
congelaré! ¿Y si hace mucho calor? ¡Me abrasaré! Puede que alguien me pise y me
aplaste...”
En otra ocasión se escuchaba como
decía:
- “Quisiera ver el
azul del día, ser un árbol fuerte, dormir a la luz de las estrellas. Pero si
salgo y las cosas van mal, todo se acabará”.
Aquella semilla nunca se atrevía a
crecer, hasta que un día, en medio de sus dudas y miedos, recordó lo que le
dijo el sembrador cuando la puso en tierra: “Crece,
porque te necesitamos”.
Cuando recordó esto comprendió que no
podía permanecer más tiempo encerrada. Se puso a crecer y experimentó la
alegría del sembrador.
REFLEXIÓN: Tú eres como esa semilla. Has sido plantado en este
gran teatro del mundo. Una semilla que ha de romper sus ataduras y crecer:
salir de ti mismo, arriesgarte, confiar y crecer sacando a la luz todas las
cualidades que llevas dentro.
Tu familia, en primer lugar, tus amigos, compañeros,.... necesitan de ti, de tu alegría, de tu entusiasmo, de tu deseo de superación, de tu sinceridad, de tu confianza en los demás, de tu esfuerzo, de todo lo bueno que llevas dentro y que todavía ¿quién sabe?, aún no has dejado crecer y duerme en tu interior. Buenos días.
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