28 de marzo de 2023
Martes 28 de
marzo.
¡Buenos días Familia!
En cierta oportunidad estaban en un
convento trabajando arduamente los monjes, cuando en forma imprevista llegó
otro monje peregrino que se dedicaba a predicar las cosas de Dios. Golpeó la
puerta principal y les dijo a los laboriosos religiosos del convento: "
Vengo a visitarles para hablarles del Señor".
Los monjes que estaban muy atareados,
de inmediato empezaron a murmurar entre ellos: "¿Qué puede enseñarnos éste que nosotros no sepamos? ¡Sólo llega
este peregrino a hacernos perder el tiempo!, comentaban contrariados.
Y en medio de ese descontento,
decidieron insinuarle muy sutilmente que no podrían detenerse para escucharlo.
Entonces, uno de los monjes le ofreció como cena sólo un vaso de leche
diciéndole:
-
Mira, es lo único que tenemos para darte de comer; no tenemos tiempo de
prepararte otra comida.
El monje peregrino, que no era tonto,
interpretó inmediatamente la indirecta, y colocando un pétalo de rosa sobre el
vaso de leche que le habían ofrecido, dijo:
-
¿Ves?, este pétalo que he agregado a la leche flota en la superficie, pero no
hace rebasar el vaso. Por el contrario, no sólo no ocupa lugar, sino que además
perfuma la leche que me trajiste.
El monje del convento calló y se
retiró avergonzado: él también había captado el sutil mensaje de respuesta.
REFLEXIÓN: Por más que estemos atareados, siempre debe
haber un tiempo en nuestra vida y un lugar en nuestro corazón para escuchar las
cosas de Dios. Lo que escuchemos y aprendamos acerca de Él, no sólo no
"rebasará" nuestros conocimientos u ocupará inútilmente nuestro
tiempo, sino que, por el contrario, contribuirá a "perfumar" y hacer
más bella nuestra existencia.
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