14 septiembre de 2023
Cuenta una
bella leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y, en un
determinado punto del viaje, ambos discutieron. Uno acabó dando al otro una
fuerte bofetada.
El ofendido,
sin decir nada, se agachó y escribió con sus dedos en la arena:
"Hoy mi
mejor amigo me ha dado una fuerte bofetada en la cara"
Continuaron
el trayecto y llegaron a un oasis donde decidieron bañarse. El que había sido
abofeteado y herido empezó a ahogarse. El otro se lanzó a salvarlo y evitó que
perdiese su vida.
Al
recuperarse del posible ahogamiento, tomó un estilete y empezó a grabar unas
palabras en una enorme piedra. Al acabar, se podía leer:
"¿Por
qué cuando te hice daño escribiste en la arena y ahora escribes en una
roca?"
Sonriente, el
otro respondió:
"Cuando
un gran amigo nos ofende, debemos escribir la ofensa en la arena, donde el
viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarla y olvidarla. En cambio,
cuando un gran amigo nos ayuda, o nos ocurre algo grandioso, es preciso
grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde ningún viento de ninguna
parte del mundo, podrá borrarlo."
¿Crees que
tiene alguna relación esta historia con la respuesta de Jesús a Pedro cuando le
preguntó ‘cuántas veces tenía que perdonar a su hermano’?
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