1 de marzo de 2024

 

Jueves 1 de marzo de 2024.


Estamos en la segunda semana de Cuaresma. Seguimos pensando en cambiar y convertir como mensaje de nuestra Cuaresma. Y en el Evangelio de ayer Jesús cambió, se transfiguró…

 

Los amigos de Jesús se habían acostumbrado a verle siempre como uno de ellos. Dormía en los caminos, era un hombre humilde y no tenía mucho dinero. Trabajaba mucho… Nadie hubiera dicho que era el Hijo de Dios.

Pero un día cogió a sus mejores amigos, que eran Pedro, Santiago y Juan. Si os acordáis eran los mismos que había encontrado un día en sus barcas, y se habían fiado de él. Los llevó a una montaña, y allí, de golpe, ellos le vieron de una manera especial. Parecía más fuerte, casi como que brillaba, y su cara reflejaba el brillo de Dios, entonces, Pedro, muy contento, dijo: “esto está muy bien. ¿Por qué nos quedamos aquí para siempre?”. Y hasta oyeron una voz como en el día del Bautismo que decía: “Este es mi Hijo”.

Pero entonces Jesús volvió a parecer normal, y les dijo que tenían que volver. Porque el trabajo lo tenían que hacer como cada día, anunciando la Palabra de Dios. Y que todavía no era el momento de contar todo lo que habían visto.

 Padre nuestro

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