13 de marzo de 2024
Miércoles 13 de marzo de 2024.
Todos los superniños se habían reunido con urgencia: la galaxia vecina
necesitaba que eligieran al mejor para enviarlo a luchar contra los malos. Pero
estaba resultando difícil.
- Para acabar con los malos hay que
verlos a través de las paredes, y pillarles en ese momento- decían los
niños con supervisión.
- Nada de eso.
Solo yendo rápido se puede conseguir que los malos no escapen -respondían los que tenían supervelocidad.
- Siempre escapan
volando. Sin volar no se puede ser el mejor súper - decían los que volaban.
- Nada de eso sirve
sin fuerza- respondían los superforzudos.
- Este superniño resolverá
el problema - dijo muy seguro.
- ¿Sí? Eso no hay
quien se lo crea ¿Qué poderes tiene? ¿Es fuerte? ¿Es rápido? ¿Tiene armas
secretas? ¿Pero cómo va a luchar contra los malos? - preguntaban un poco
enfadados.
- Pues no sé qué
hace - respondió supersabio- pero funciona.
Todos
protestaron, pensando que era una broma, y
la discusión prosiguió entre gritos.
Pero algún
extraño poder debía tener aquel niño. Porque unas horas más tarde los
superniños ya no discutían y celebraban entre aplausos que se habían puesto de
acuerdo para enviar al niño a la galaxia vecina.
En la galaxia
vecina lo recibieron extrañados: nunca habían visto un superniño con tan pocos
poderes. Además, se pasó semanas
sin atrapar un solo malo. Entonces decidieron expulsarlo, pero acudió
tanta gente a despedirlo que los jefes pensaron que algo raro pasaba. Llamaron
a las cárceles, donde les contaron
que estaban casi vacías. La policía explicó que casi no había delitos, y
por eso no había detenciones.
El superpoder
secreto había vuelto a funcionar. Quedaban tan pocos malvados, que la Liga de
los Villanos Incorregibles secuestró al niño para averiguar de dónde salían sus
poderes.
- Yo no tengo
ningún poder- dijo el niño.- Solo intento que la gente esté mejor: ayudo cuanto
puedo, comparto mis cosas, perdono rápido, sonrío siempre…
Mientras hablaba con los villanos estuvo haciendo malabares, repartiendo
golosinas y abrazos, contando chistes, curando heridas, preparando la cena, ayudando aquí y allá… Los villanos se
sentían tan a gusto con aquel niño que ninguno de ellos se acordó de salir a
hacer el mal… Pronto todos empezaron a comprender en qué consistía el increíble
superpoder de aquel niño tan normalito.
Y así siguió el
niño: cambiando el mundo sin atrapar ningún malvado. Le bastaba con ayudarlos a
sentirse mejor para que dejaran de querer ser malos. Su secreto funcionaba tan
bien que los demás superniños terminaron olvidándose de sus otros poderes para
aprender a usar ese nuevo poder tan especial.
Por eso los niños
ya no tenéis superpoderes ¿Qué falta os hacen, si tenéis el más valioso de
todos? Vosotros podéis alegrar el día a cualquiera.
Eso sí. No dejéis de usarlo ¡La galaxia os
necesita!
Comentarios
Publicar un comentario