11 de octubre de 2024
Viernes 11 de octubre
La ballena Lola
La
ballena Lola era grande, muy grande, y solitaria, muy solitaria. Hacía años que
no quería saber nada de nadie, y cada vez se le notaba más tristona. En cuanto
alguno trataba de acercarse y animarla, Lola le daba la espalda.
Muchos
pensaban que era la ballena más desagradable del mundo y dejaron de hacerle
caso, a pesar de que la vieja Turga, una tortuga marina de más de cien años,
contaba que siempre fue una ballena buena y bondadosa. Un día, Dido, un joven
delfín, escuchó aquella historia, y decidió seguir a Lola secretamente. La
descubrió golpeándose la boca contra las rocas, arriesgándose frente a las
grandes olas en la costa y comiendo arena en el fondo del mar. Nadie lo sabía,
pero Lola tenía un mal aliento terrible porque un pez había quedado atrapado en
su boca, y esto la avergonzaba tanto que no se atrevía a hablar con nadie.
Cuando
Dido se dio cuenta de aquello, le ofreció su ayuda, pero Lola no quería
apestarle con su mal aliento ni que nadie se enterara.
-
No quiero que piensen que tengo mal aliento -decía Lola.
-
¿Por eso llevas apartada de todos tanto tiempo? -respondió Dido, sin poder
creerlo-
Pues
ahora no piensan que tengas mal aliento; ahora piensan que eres desagradable,
aburrida y desagradecida, y que odias a todos. ¿Crees que es mejor así?
Entonces
Lola comprendió que su orgullo, su exagerada timidez, y el no dejarse ayudar le
había creado un problema todavía mayor. Arrepentida, pidió ayuda a Dido para
deshacerse de los restos del pez, y volvió a hablar con todos. Pero tuvo que
hacer un gran esfuerzo para ser aceptada de nuevo por sus amigos, y decidió que
nunca más dejaría de pedir ayuda si de verdad la necesitaba, por muy mal que
estuviese.
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