21 de octubre de 2024

 

Lunes 21 de octubre

Buenos días

Escuchamos este evangelio en el que Jesús nos cuenta cómo hemos de tratar a los más necesitados.

Un día Jesús y sus discípulos llegaron a Jericó. Y cuando salía de Jericó, lo acompañaban sus discípulos y una gran muchedumbre, de repente el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!» Muchos le reprendían para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Bartimeo creía en Jesús y en sus palabras, por eso sabía que Él podía curarlo. Jesús que es muy famoso, pues va con toda una muchedumbre que lo sigue, se detiene y dice: «Llámenle» Llaman al ciego, diciéndole: «¡Ánimo, levántate! Te llama» Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino ante Jesús. Para Bartimeo que era ciego y mendigo, tal vez su única posesión era su manto y sin embargo, lo avienta para ir ante Jesús. Él se ha desprendido de todo lo que tiene y ha puesto toda su confianza en Jesús. Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: «¿Qué quieres que te haga?» El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!». Bartimeo ha reconocido que Jesús es el Maestro y el Hijo de David, es decir, el Mesías prometido por Dios para salvar al pueblo. Por eso, el sabe que Jesús puede salvarlo, puede hacer que él vea. Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado» Y al instante recobró la vista y le seguía por el camino. Bartimeo ya puede ver. Y no usó sus ojos para recoger su manto, sino para fijarlos en Jesús y seguirlo.

 Podemos hacer clic en el siguiente enlace y podemos escuchar la siguiente canción como oración del día de hoy.

El enlace es el siguiente: https://youtu.be/7_sArxpUQho


 
 

 

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