7 de noviembre de 2024

 

Jueves 7 de noviembre

Érase una vez en un país muy pobre y muy lejano…

Llegó a la aldea un grupo de turistas que se acercó a un niño llamado Mupy mientras jugaba. Uno de los turistas se conmovió; quiso congraciarse con Mupy y compartir algo de lo que tenía y le dijo al niño: “¿Qué te parece si hacemos un juego para ti y tus amigos? Yo tengo unas chuches que le daré a uno de vosotros. Si todos corréis hacia aquella casa, el primero que llegue y toque la pared, ese gana ¿qué dices?”.

 El pequeño Mupy pensó un momento y dijo: “Muy bien, eso será muy fácil”. Mupy habló rápidamente con sus amigos, se tomaron de la mano y, a la voz de 3, corrieron juntos y… ¡todos llegaron a la vez! Sorprendido el turista por la ocurrencia del niño, le preguntó: “¿Por qué hiciste eso? Sólo tenía que ganar uno de vosotros”.

“Sí, lo sé. Pero yo no podría comer sólo y sentirme feliz mientras mis amigos me miran tristes. No sé cómo serán los niños en su país, pero aquí hemos aprendido desde pequeños que todos somos para uno, y uno es para todos. Aunque tengamos poco, lo que podemos lo compartimos como hermanos y así nos sentimos mejor”, dijo Mupy.

 

¿Tenemos la misma actitud de estos niños? ¿Qué cosas nos provocan felicidad a nosotros? ¿Cuándo ha sido la última vez que el hecho de compartir nos ha producido felicidad? ¿Nos proponemos llevarlo a cabo más a menudo?