21 de enero de 2025
Martes 21 de enero.
El hombre y el
barbero
Un hombre fue a una barbería a
cortarse el cabello y a recortarse la barba, como era su costumbre.
Entabló una amena conversación con la persona que lo atendía. Hablaron de varias cosas y tocaron muchos temas; también mencionaron a Dios. El barbero dijo:
- Fíjese, caballero, que yo no
creo que Dios exista, como usted dice…
- Pero, ¿por qué dice usted eso? -
preguntó el cliente.
- Pues es muy fácil; basta con salir a la calle para darse cuenta de que Dios no existe; o dígame: acaso si Dios existiera, ¿habría tantos enfermos?, ¿habría niños abandonados? Si Dios existiera, no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad. Yo no puedo pensar que exista un Dios que permita todas estas cosas.
El cliente se quedó pensando un momento, pero no quiso responder para evitar una discusión. El barbero terminó su trabajo y el cliente salió del negocio.
Acababa de salir de la barbería, cuando vio en la calle a un hombre con la barba y el cabello largos; parecía que hacía mucho tiempo que no se los cortaba y se veía muy desarreglado. Entonces entró de nuevo a la barbería y le dijo al barbero:
- ¿Sabe una cosa? Los barberos no
existen.
- ¿Cómo que no existen? -pregunto
el barbero-. Aquí estoy yo y soy barbero.
- ¡No! - dijo el cliente -. No existen, porque si existieran, no habría personas con el pelo y la barba tan largos como los de ese hombre que va por la calle.
- ¡Ah!, los barberos sí existen,
lo que pasa es que esas personas no vienen hacia mí.
- ¡Exacto! - dijo el cliente-. Ése es el punto: Dios sí existe, lo que pasa es que las personas no van hacia Él y no lo buscan; por eso hay tanta pobreza y miseria como usted bien dijo.
Mira
en tu interior.
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